The Real Ghostbusters [GB]

The Real Ghostbusters, es un videojuego de acción y rompecabezas de 1993 desarrollado por Kemco y publicado por Kotobuki Systems y Activision para Game Boy. La versión japonesa se basa en Mickey Mouse de Walt Disney, que es parte del lado de Mickey Mouse de la serie Crazy Castle de Kemco, mientras que la versión europea se basa en las tiras cómicas de Garfield de Jim Davis y la serie animada Garfield and Friends.

Según la versión que se juegue, el jugador controla a Mickey Mouse, Peter Venkman o Garfield. El juego enfatiza la resolución de acertijos en una atmósfera similar a una mazmorra. Para avanzar a cada nueva etapa, el jugador debe recolectar estrellas, que abren la puerta al siguiente nivel. En la versión norteamericana, el jugador tiene una pistola de protones en lugar de un martillo neumático, pero solo es efectiva en los bloques a los pies del personaje, no en los fantasmas, que deben destruirse con bombas.

Si el personaje del jugador pierde toda su salud, o el temporizador de 999 segundos llega a cero, pierde una vida. El jugador es recompensado con una contraseña de doce dígitos después de completar con éxito un nivel, lo que le permite comenzar al final de ese nivel la próxima vez que juegue. Una pantalla de inventario está presente en la versión japonesa del juego.

La historia presenta a los dos personajes principales tratando de cruzar un puente. Cuando el personaje principal cae por el puente, intenta gritarle al personaje secundario para que lo ayude. Las tres versiones del juego tienen una variación del martillo neumático, que mejora el elemento de resolución de acertijos del juego. Venkman, sin embargo, carece de un compañero que no sea jugador y simplemente murmura para sí mismo antes de caer por el puente roto.

Electronic Gaming Monthly le dio a The Real Ghostbusters un 6 sobre 10, describiéndolo como decente pero «rutinario». Nintendo Power elogió a The Real Ghostbusters por su elemento de rompecabezas y su función de contraseña, pero afirmó que algunos de los gráficos no eran muy claros. Michael Thompson, escribiendo para Ars Technica en 2009, consideró que el juego era un «punto particularmente bajo» para la serie de juegos de los Cazafantasmas.